La imagen holográfica

En abril del 2012 ocurrió algo que hasta ese momento parecía inimaginable. Tupac, el famoso rapero asesinado en 1996, se presentó  junto a Snoop Dogg en el escenario de Coachella. Cantó, bailó, jammeó y al final su figura se fragmentó en diminutos pixeles y desapareció del escenario.

La proyección holográfica estuvo a cargo de la empresa AV Concepts y fue idea original de Dr. Dre. Fue realizada con un sistema de proyecciones de 30 x 13 que fue adaptado para bajar en el escenario en segundos y mantenerse oculto en la oscuridad. AV Concepts utilizó una tecnología que ellos mismos desarrollaron, llamada Liquid Scenic, que junto con la tecnología Musion,  y la producción de Digital Domain, logró hacer que varias proyecciones de alta definición convergieran en la representación de tamaño real del rapero.

En Japón ya existía un fenómeno similar. Hatsune Miku es un ente virtual que desde el 2007 llena estadios en Japón, ofreciendo conciertos con su voz sintética, haciendo que sus fans bailen y canten en unísono. Hatsune Miku fue desarrollada por Crypton Future Media que pretendía lanzar una “diva androide, que habitara en  un mundo del futuro cercano, en el que las canciones se hayan ya perdido.”

El hecho que las proyecciones holográficas 3D estén aquí me hacen pensar que se avecina una nueva era, el nuevo lejano oeste, en temas de derechos de autor. Hoy en día es posible registrar y traducir en código, todas las cosas, todos los gestos, que hacen singular a una persona. Podríamos hacer un registro lo suficientemente puntual no sólo de las características físicas de una persona, sino de cada una de sus particularidades. Cómo es su risa, su forma de pronunciar ciertas palabras difíciles, de gesticular al hablar, de bailar, de sonreír, de asentir cuando está de acuerdo.

¿Significa esto que ahora nos preocuparemos por registrar la “patente” de una persona? ¿Guardar por años el derecho a la reproducción de un artista? ¿De un ser querido? ¿ Será posible pagar para que Foster Wallace nos acompañe como invitado de honor en una cena entre amigos? ¿Se pelearan los hijos ante el testamento no bien resuelto por definir quién se queda con los derechos de reproducción de su padre? ¿Qué pasará con todas aquellas personas que ya se fueron y que se podrán revivir como lo hicieron con Tupac? ¿Reviviremos a sacerdotes? ¿A políticos? ¿Podremos revivir a Beethoven y hacer que este interprete una de nuestras piezas? ¿Significará esto que la virtualidad estará presente en cada momento de nuestras vidas? ¿Qué implicaciones tiene este hecho? 

¿Habrá versiones pirata de las proyecciones? Me imagino a Marilyn Monroe, con glitches, partes de su personalidad para las cuales no se obtuvo la información necesaria y que fueron alimentadas con respuestas genéricas, o las reacciones de alguien más.

La fantasía que introdujo a nuestros imaginarios Star Wars no parece estar tan lejos. Científicos en MIT trabajan por sacar una versión de bajo costo que hará posible realizar proyecciones holográficas desde una computadora personal. Rose and Thistle, una compañía basada en Toronto, trabaja por hacerlas accesibles desde tabletas portátiles. Llegará el momento que los lentes de google parezcan artefactos de un pasado lejano, torpe en su interacción con el mundo virtual.

Este texto fue publicado originalmente en la Revista Picnic.